sábado, 8 de septiembre de 2007

Ya deberias llegar
el sonido del reloj me aturde y la noche se cae a pedazos
necesito dinero,
cigarros
whisky
y compañia por el momento temeroso..

Y me duele el cuello.

Mantengo las calcetas, pero mis pies permanecen frios,
como si lentamente
fuera abandonando todo intento de calor humano.

En la mesa,
tengo una rosa real,
grande y hermosa muy roja
y a su lado,
un par de rosas de papel,
frias e insensibles como los caramelos
de aquella tienda vueja que nunca tiene nada.
asi, como el alma de la anciana que
envidiosa ve pasar los clientes a la merceria mas cercana.

Una noche dispersa
de esperanzas fisicas y conjunciones mentales invalidas
por la falta de nicotina..

El sonido del refrigerador,
mi banco roto,
donde solia sentarme a pintar
y la ocasion tan injustamente conocida...

Dolor de costillas,
mis deradantes tenis rojos y
la espera mal intencionada.

He de viajar muy pronto...

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