En algún momento perdí el sentido y parecía haber dejado de pensar… una “brillante oscuridad” regreso a mí, como si hubiese vuelto de otra época... y sabia a que habia venido… las razones por las que claramente estaba ahí, frente a mi, su pocision nunca cambio siempre estuvo al frente, en realidad aun lo esta.. Me hablaba de sensaciones y de muertos, de poder y de carne…. Yo sabía de todo eso, alguna vez lo había escuchado…alguna vez estuve muy cerca, aun soy capaz de recordarlo.
Me paseo por el dolor y fui de visita, decidí seguir detrás de él, en realidad no estoy segura que el haya tomado mi mano… siempre le siento cerca, porque siempre esta, esta porque el decidió crear su fantasma para mí y yo solamente me arrodille y lo acepte...
Recuerdo aquellas noches, vagábamos por la música y solo nos vigilaba aquel murciélago en la pared... nos guiaban solo plasmas de lava. Un abrazo de la intensidad que cada quien decidiera. Era un espacio blanco y whisky caminando por nuestros órganos… también una bebida azul y un mueble antiguo… un encanto nocturno y esa bella soledad acompañada. Arterias seducidas y el átomo en una incandescente explosión (de la que cada quien decidía la intensidad).
El momento era preciso, la oscuridad siempre en su mejor color, la carne….simplemente el lenguaje.
El dolor consistía en el vacio acompañado de momentos de cotidianidad y humanidad.la sangre solo se encargaba de fluir, como aquella lava.
El sentido nunca regreso. Decidí las sensaciones, la oscuridad y su fantasma… solo tú podías enseñarme el sentido de la carne.
Me paseo por el dolor y fui de visita, decidí seguir detrás de él, en realidad no estoy segura que el haya tomado mi mano… siempre le siento cerca, porque siempre esta, esta porque el decidió crear su fantasma para mí y yo solamente me arrodille y lo acepte...
Recuerdo aquellas noches, vagábamos por la música y solo nos vigilaba aquel murciélago en la pared... nos guiaban solo plasmas de lava. Un abrazo de la intensidad que cada quien decidiera. Era un espacio blanco y whisky caminando por nuestros órganos… también una bebida azul y un mueble antiguo… un encanto nocturno y esa bella soledad acompañada. Arterias seducidas y el átomo en una incandescente explosión (de la que cada quien decidía la intensidad).
El momento era preciso, la oscuridad siempre en su mejor color, la carne….simplemente el lenguaje.
El dolor consistía en el vacio acompañado de momentos de cotidianidad y humanidad.la sangre solo se encargaba de fluir, como aquella lava.
El sentido nunca regreso. Decidí las sensaciones, la oscuridad y su fantasma… solo tú podías enseñarme el sentido de la carne.
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